jueves, 2 de junio de 2011

A ALEMANIA LE AMARGAN LOS PEPINOS...

Pues a mí, no.

Aquí os dejo un manjar exquisito. Ya no barato sino baratísimo.

Y aprovecho para hacerlo en memoria de mi padre al que le encantaba esta sencillísima receta de verano. (Va por tí, papá).

Cogemos un pepino.



Lo lavamos bien (como siempre se ha hecho, a ver si ahora los alemanes piensan que los pepinos nacen en los supermercados ya limpitos y todo...).

Lo pelamos ya que, si no lo pelamos, amarga.

Lo cortamos en cuartos y...




¡A disfrutar!

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